El confinamiento no es suficiente para luchar contra el cambio climático
La reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero que se prevé para 2020 es inferior a los objetivos de la conferencia de París.
El confinamiento por la crisis sanitaria de la COVID-19 parecía, a priori, un respiro para el medioambiente, pero lo cierto es que no servirá para arreglar los grandes problemas ambientales de nuestro planeta.
Durante estas semanas de parón de la actividad se han reducido las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), pero no lo suficiente como para cumplir con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París. Se calcula que este año, a causa de la pandemia, la reducción de emisiones de CO2 equivalente puede rebajar-se en 2.000 millones de toneladas, una estimación que equivale al 5,5% del total mundial del año pasado, 2019, pero para llegar al límite de incremento de temperatura global de 1,5 °C acordado en París, las emisiones globales deberían caer un 7,6% cada año en esta década. Es decir, podemos estar ante la caída anual más alta hasta el momento, pero continúa siendo insuficiente.
Los expertos de TEMA, consultora especialista en seguridad industrial y medioambiente que realiza habitualmente el cálculo de la huella de carbono de empresas y actividades, explican que estos cálculos son estimaciones. Para conocer el impacto real será necesario relacionar la caída de la producción mundial con los niveles de GEI medidos en las estaciones de registro a lo largo de los próximos meses.
Contaminantes que afectan a la salud
Uno de los efectos más visibles que ha tenido el confinamiento ha sido la calidad del aire, relacionada directamente con la reducción del transporte, como explica Héctor Cano, experto de TEMA: “Hay que diferenciar entre emisiones de gases que generan efecto invernadero y emisiones de contaminantes que afectan directamente a la salud. La frenada de los desplazamientos ha generado una fuerte bajada de los segundos, que es lo que notamos en el aire, pero en la Huella de Carbono, además del transporte, tiene mucha importancia la industria y esta no ha rebajado tanto su actividad”.
Además, se prevé que con el desconfinamiento y la progresiva reactivación de la actividad, las emisiones de CO2 vuelvan a sus cuotas habituales y que este año los niveles de carbono en la atmósfera aumenten de nuevo. Por tanto, desde TEMA recuerdan que la reducción de la Huella de Carbono requiere un compromiso a largo plazo de todos los agentes de la sociedad, ya que todas las actividades, desde las asociadas a los grandes centros de producción hasta las de cualquier individuo particular, generan Emisiones de Efecto Invernadero.