El dióxido de carbono, a niveles más altos que antes de la pandemia
Varios informes alertan de que los niveles de dióxido de carbono marcarán un nuevo récord en 2021.
El parón de la actividad económica global durante 2020 a causa del coronavirus tuvo como consecuencia un descenso temporal de un 5,6% de las emisiones de CO2, derivadas de una menor combustión de combustibles fósiles. Sin embargo, esta reducción no ha sido suficiente dado que las emisiones de CO2 en el 2020 aumentaron un 0,6% respecto a 2019.
Varios informes, como el de Climate Transparency y el World Energy Outlook 2021, alertan de que los niveles de dióxido de carbono marcarán un nuevo récord en 2021, con una concentración que a mediados de año ya era de 419 ppm. El informe Lancet Countdown, elaborado por un centenar de expertos y varias agencias de la ONU, advierte que los planes de recuperación económica de los países del G20 chocan frontalmente con la intención de frenar el calentamiento global y la crisis climática.
El fuerte aumento del uso de los combustibles fósiles (sobretodo el carbón) para paliar rápidamente los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia supone una estrategia cortoplacista, pero se desvía de los acuerdos de París que, como aseguran los expertos de TEMA, requieren de esfuerzos a largo plazo tanto a nivel industrial como individual. A esto hay que sumar el fuerte aumento en los niveles de otros gases de efecto invernadero que se ha producido en las últimas décadas, como el metano y el dióxido de nitrógeno, que tienen una gran contribución al calentamiento global.
TEMA es experta en la realización de informes sobre la huella de carbono y se rige por metodologías reconocidas como el GHG Protocol o la ISO 14064. Además de cuantificar las emisiones GEI que genera una actividad e identificar su origen, ofrece un listado de recomendaciones y elabora un plan de reducción de la huella de carbono para que las empresas se comprometan a implantarlo y reducir las emisiones.
Estos informes son de gran valor para las compañías, pues permiten optimizar los recursos y reducir los costes energéticos y el impacto medioambiental, propician un ahorro económico y mejoran la imagen corporativa gracias a su respeto por el medio ambiente.